Argoth N°2 (Antología de la antología)


Hay un mundo de espinas, sol y roca
y arroyos que susurran al humano
lo mezquino del mundo ciudadano
que no sacia, aunque llene la boca.

En ese mundo la cigarra toca
su chirrido, adjetivo del verano;
los cebiles arañan el arcano
del cielo, donde todo desemboca.

Los parches estremecen al varano
que bajo peña sus escamas troca,
si en el coleto se vertió la loca

cordura del sampedro soberano:
cuando su elixir la Unidad invoca
los dos mundos por poco no se tocan.



************




La flor

Atmósfera de la rosa violeta

una flor en el desierto

el fuego íntimo amante.


Así fui a la pasión

volando en caída libre

todo es un salto, un riesgo, un abismo


un momento junto al oasis.





************




Fabulosa algarabía de la luz del cielo
un parque de diversiones en el aire,
esta geografía enloquece a las partículas solares
onda que llega del espacio
y que en la estampida contra el hielo
manifiesta lo concreto.Esto es Alaska.

Soy un geronte en la era del descubrimiento
asisto al espectáculo ante mí
aurora que revela la tierra
encarnada de mi origen.
En tanto el festival celeste es un fulgor
que se proyecta sobre todo
aquí es blanco
de veinte innumerables modos

blanco
lento devenir

y ocultar lo inmenso
bajo la imparcialidad del agua helada.(...)

Del asesinato...

Emparentado por el mismo de Quincey con Una modesta proposición, emblemático texto de J. Swift, Del Asesinato considerado como una de las Bellas Artes es uno de los ejemplos mejor logrados del humor negro oriundo de las islas británicas. Lo que aquí se publica como libro se publicó como dos artículos en una revista, el primero en 1827 y el segundo en 1939. El Post Scriptum se añadió recién en 1854, al agregar esos artículos en sus Obras Completas. Los artículos de marras tratan de la transcripción o Memoria de dos reuniones de la Sociedad de Conocedores del Asesinato, cuyos miembros se autoconvocan para analizar ávidamente los pormenores de los crímenes más sonados. Cabe destacar que los miembros de tal Sociedad no se contentan con analizar los crímenes con un criterio análogo al del detective del tipo de Sherlock Holmes, es decir, desde un frío raciocinio tendiente a dilucidar el caso. Más bien con una simpatía difícil de disimular -y que fue duramente atacada por la crítica del momento- hacia el ejecutor de la “Obra”, ellos estudian los casos valorando positivamente elementos como la profusión de sangre, la dificultad del hecho por la proximidad de testigos o el terror generado en las víctimas en los momentos previos a su asesinato. Si en los artículos es claro el tono humorístico donde abundan los chistes y las anécdotas hilarantes (no tiene desperdicio el apartado dedicado a los filósofos: “Hobbes no fue asesinado; nunca he logrado comprender por qué ni en virtud de qué principio. Esta es una omisión capital de los profesionales del siglo diecisiete, pues a todas luces se trata de un espléndido sujeto para el asesinato, salvo que era flaco y huesudo...”), el Post Scriptum es un aterrador relato de dos crímenes donde la truculencia de los hechos no atenta contra la extraordinaria calidad de la narración: ya sin bromas, sumergidos en el clima mágico que el asesino, ave de presa, emana desde el núcleo de su negro designio, somos testigos impotentes de los terroríficos últimos instantes de las víctimas.
Este libro suele ser citado junto a Los asesinatos de la Calle Morgue (1841) de E. A. Poe, como uno de los primeros exponentes del género policial.

Del prólogo de Argoth Nº 1


Argot es una palabra que entr sus múltiples significados tiene el de lenguaje secreto, "la lengua de los pájaros". Es el idioma de los misterios más profundos, de la alquimia y la magia. Según Fulcanelli, es ars gotica, arte gótico, el código en el que están escritas las catedrales europeas, construidas por artesanos masones y gnósticos. Argot también es el lenguaje del bajo fondo parisino, el lenguaje carcelario: por extensión se denomina así a cualquier lunfardo, a los dialectos marginales, fuera de la ley.

El idioma de Argoth es la poesía: lo dicho y varias otras cosas más. La poesía es un lenguaje secreto que no puede ser traducido, porque de ella sólo puede hablarse poéticamente. Es una revelación epifánica, tan mística como una asunción. Es el milagro de la belleza y la verdad reveladas en la escritura. Los que colaboramos con Argoth dejamos que su voz hable su poesía a través de nosotros, y a cambio nos disolvemos en su trascendencia, como aquellos albañiles cósmicos de las catedrales licuaron sus egos en la certeza de absoluto del gótico, dibujando anónimamente las filigranas de piedra que en cada voluta hablan cifradamente de la presencia de Dios.

La voz de Argoth es, como el mundo, fragmentaria, contradictoria y varia. Experimento colectivo que busca abrir fisuras en el mundo por donde se cuelen otras luces, otras voces que manifiesten la diversidad de lo real, se sumerge en una lógica donde la Eternidad niega su existencia y el ceremonial precede a la farsa y la complementa. Ningún discurso está fuera de lugar en la plural voz de Argoth.

Un nuevo llamado de Argoth vibra en el aire. El que quiera oir que oiga.

Las Aventuras...

Inédito en América, agotado en España, este libro fundamental del autor de El Señor... circula por la red en una traducción que, cotejada satisfactoriamente con el original, es la que decidimos utilizar en este rescate. Se trata de 12 poemas narrativos -de los que sólo dos tienen al personaje del título como protagonista-, inscritos en el universo desarrollado en la trilogía, que iluminan desde otro sitio el complejísimo mundo creado por el autor galés: los datos geográficos inexistentes en otros textos; los detalles que aclaran la difícil y oscura filiación del sonriente Hombre del Chaleco Amarillo dentro de la casi infinita jerarquía de seres que coexisten en la obra; las versiones ligeramente distintas de las canciones y poemas que salpican la trilogía, son sólo algunas de las razones para acceder a este hermoso libro. Publicado en idioma original en 1962, era una injusta falta hacia los lectores americanos que en estos más de cuarenta y cinco años ningún editor se arriesgara a traducirlo y publicarlo; Nohayverguenza humildemente intenta subsanar tantos años de postergación de una obra que, a despecho de integrar el ingente e inconcluso proyecto, tiene un indiscutible valor por sí misma.